Uno de mis cánticos cristianos favoritos dice en una de sus estrofas :"....si fuera tinta todo el mar y todo el cielo un gran papel y cada hombre un escritor y cada hoja un pincel, no bastaría para escribir del gran Amor de Dios..."
Muchos hombres han demostrado su amor a la humanidad, pero aún esta clase de amor se refleja muy pálidamente al Amor de Dios.
Pienso en los misioneros asesinados por los indios Uaoranis en la selva ecuatoriana cuando trataban de evangelizarlos. Pienso en el mártir Esteban, en el Apóstol Pablo, en Juan, el Bautista, quienes ofrendaron sus propias vidas por amor a la Causa de Cristo.
Alguien también con razón dijo: "...el amor de madre es un ténue reflejo del Amor de Dios".
San Agustín escribió: "El amor mata lo que hemos sido para poder ser lo que no fuimos".
El profeta Oseas habló con incomparable valentía y seguridad del Amor de Dios por Su pueblo. En las palabras del profeta, Dios como un Padre cariñoso y compasivo atrajo a sí mismo a Su pueblo con lazos de ternura y cuerdas de amor (Oseas 11:3,4)
Dios no es humano y por eso puede amar y perdonar más de lo que podamos comprender. El corrige a sus hijos, pero no los destruye (Oseas 11:9)
Habiendo experimentado el gran Amor que Dios nos tiene ¿Continuaremos rebeldes ó seremos fieles al Señor? ¡Oremos de tal manera para que Su gran Amor nos transforme y nuestra vida sea una ofrenda agradable a El!
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